En los proyectos de construcción actuales pueden aplicarse distintos tipos de losa, como las basadas en viguetas prefabricadas y bovedillas de poliestireno que ponemos a su alcance. Es importante conocer las variantes de losa, ya que cada una posee diferentes características y funciones que pueden ayudar en sus proyectos. La elección de la losa adecuada depende de diversos factores, como presupuesto, tiempos de entrega, materiales, superficies que se buscan cubrir y los requerimientos singulares del proyecto. Para elegir la más conveniente es importante respaldarse en un equipo de ingenieros con amplia experiencia y reconocimiento como Grupo Compre.
Se trata de una de las losas más comunes y una de las técnicas más efectivas para la construcción de pisos. Se utiliza desde hace décadas y consiste en una losa de concreto armado. Su retícula de acero se realiza con el fin de reforzar y recibir todos los elementos y momentos de flexión y el acero actúa como relleno para todos los elementos de compresión. Destaca por ser una de las losas más delgadas, ya que su espesor oscila entre nueve y doce centímetros, además, se recomienda para proyectos que tengan claros no tan largos y donde la superficie por cubrir no supere los cinco metros.
Para aplicarla, es indispensable tener los muros prefabricados desplantados, tras lo que se procede al cimbrado de la losa. Es importante rectificar que todos los elementos de carga y columnas se encuentren a nivel. Se colocan después los polines o pies derechos, que funcionan como soporte en la cimbra y posteriormente se disponen las vigas madrinas y travesaños para asegurar la estructura con uniones para evitar movimientos o desnivelaciones de la losa.
Se procede después al cimbrado de toda la tarima y perímetros y tiene que rectificarse el nivel para que la losa no se pandee. Continúa el armado del acero, que depende del plano estructural y calibres de las varillas y consiste en la creación de una disposición en vertical y horizontal con las varillas para crear la retícula y proceder con la colocación de los columpios, que son importantes debido a que actúan contra los momentos de flexión capaces de pandear la losa.
Una vez que se tenga el armado se realiza el colado con vibradores para evitar grumos y que la losa sea lo más resistente posible. Sigue el proceso de fraguado, que consiste en humedecer la losa varias veces al día durante una semana. Al terminar se retira toda la cimbra, tarimas y se dejan únicamente unos puntales en el centro para que la losa no se vuelva irregular y el concreto adquiera su máxima resistencia.
Las losas de viguetas prefabricadas y bovedillas de poliestireno son de las más utilizadas actualmente por sus ahorros de tiempo, costos y mano de obra. Se recomiendan para claros más largos y llega a cubrir hasta 8 m; aunque depende del grosor de la losa y la bovedilla.
Requieren apuntalar todo el perímetro, ya que en ello descansarán todas las viguetas prefabricadas, que ahorran dinero en la construcción y se presentan con alma llena o vacía. Las viguetas se colocan en los extremos y se ahogan en las dalas perimetrales. Una vez que están separadas, se apuntala el centro de la losa para recibir los momentos de flexión y se procede a la colocación de las bovedillas, que actuarán como relleno y pueden ser de concreto, pero se recomiendan de poliestireno para aligerar la losa.
Las bovedillas son huecas, lo que facilita su instalación. Una vez colocadas se dispone la malla electrosoldada en la parte superior, que va amarrada hasta las trabes. Posteriormente se realiza el colado de la losa, a la que se le deja un firme de aproximadamente 7 cm y se efectúa el colado.
Es bastante utilizada a nivel industrial y comercial, permite cubrir claros más largos y ofrece ahorros notables de tiempo. Al igual que las viguetas prefabricadas, no se producen en el sitio, con excepción del colado. Para colocarla, se cortan las láminas según los requerimientos del proyecto y se procede a su instalación.
La parte corrugada de la lámina tiene que exponerse hacia la parte superior, se utilizan pernos y se atornillan a los largueros y estructuras de metal. Es importante que las uniones en todos los largueros se realicen adecuadamente. Posteriormente se colocan unas varillas dobladas en los extremos con soldadura para facilitar el amarre de la malla y se coloca el cimbrado perimetral de la losa, separadores y la mencionada malla electrosoldada. Por último, se procede al colado de la losa con un firme aproximado de 7 cm. Cabe agregar que si bien brinda ahorros de tiempo, el costo de la losacero es bastante alto.
Se realiza sobre pedido, no se produce en obra y se ofrece con anchos de un metro por la longitud requerida. Presenta interior hueco para aligerar la losa y colocar las instalaciones eléctricas y se requieren maquinarias como grúas para la colocación de las tarimas. El proceso constructivo es muy rápido y una vez que se rectifiquen las medidas del spancrete se llega al sitio para colocar las placas. Pueden realizarse cortes con una pulidora, lo que es sencillo por el alma vacía de las piezas. Posteriormente se coloca el concreto en las uniones y orillas expuestas para obtener un óptimo sellado de la losa.
No es muy común, aunque en el pasado se utilizaba mucho. A medida que aparecieron las variantes de losa se ha dejado en el abandono este sistema constructivo. Consiste en la instalación de la cimbra con los largueros, como en la losa maciza, que procede con todas las cadenas de cerramiento y trabes y posteriormente el armado de las nervaduras con varillas según el cálculo y planos estructurales.
Este sistema se presenta en retícula con secciones mayores a la de la losa maciza y en todos los huecos se colocan elementos de unicel, que se retiran al finalizar el fraguado del concreto. Su reforzamiento se efectúa con malla electrosoldada en la parte superior, se cimbra toda el área perimetral y se procede al colado. Al incluirse el sistema de fraguado, se retira la cimbra y casetones de unicel y obtiene un techo visto y en forma de red.
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