Para cualquier proyecto y estructura, es indispensable aplicar cimentaciones para garantizar el soporte y estabilidad requeridos y mantener la integridad estructural de los edificios durante muchísimos años. Esta tarea requiere de mucho tiempo, dinero y esfuerzos si se realiza con técnicas tradicionales, no obstante, ha surgido una alternativa en el mundo de los prefabricados para la construcción que se ha convertido rápidamente en la opción preferida para muchas empresas constructoras: la cimentación prefabricada. Las razones por las que se han popularizado son varias, que trataremos en esta publicación.
Hay varios tipos de cimentación y la elección de cualquier influye de manera directa en aspectos relevantes para las construcciones, por ejemplo, la sostenibilidad, resistencia y durabilidad. Hacer una mala elección resultará en varios inconvenientes, como problemas estructurales y fallos con pérdidas de valiosas vidas. Entre los diversos tipos, ha surgido la cimentación prefabricada como una opción ideal para garantizar la seguridad, así como ahorros de tiempo y menos desperdicios.
No tiene nada que ver esta solución con los métodos tradicionales. Son varias las obras en las que pueden aprovecharse los materiales prefabricados para la construcción y lo mismo aplica para la cimentación prefabricada. Se trata de una solución versátil donde cada componente es fabricado en planta, es decir, en un entorno más controlado para, posteriormente, transportarlos hasta la obra para que sean montados.
Esta alternativa a la cimentación tradicional responde a las necesidades actuales de eficiencia y sostenibilidad. Al igual que otros prefabricados para la construcción, es un sistema que, desde su aparición, redefinió las prácticas constructivas para volverlas más aptas para nuestro tiempo.
Con respecto a las razones por las que se ha popularizado, destacan las siguientes:
Al igual que los muros prefabricados de concreto, destaca la rapidez en la construcción. La posibilidad de producir sus componentes en entornos controlados evita la influencia de factores que pueden ralentizar el proyecto de construcción, como las variaciones climáticas. Esto permite concluir en tiempo y forma y reduce los costos laborales.
La producción de la cimentación en planta permite un mayor control tanto del proceso como de los materiales utilizados, es decir, vuelve más precisas las dosificaciones de los ingredientes del concreto, lo que deriva en menos desperdicios. A ello se añade la posibilidad de usar materiales sostenibles. Todo esto hace que las empresas o instituciones dueñas de la obra puedan obtener certificaciones que validan su sustentabilidad durante la construcción, lo que refleja una imagen de compromiso ambiental que la ciudadanía y consumidores aprecian.
Este es uno de los principales beneficios de construir con materiales prefabricados de concreto. La alta precisión y control de la producción permite que tanto la consistencia como la calidad de las cimentaciones prefabricadas sea superior a la cimentación profunda o superficial in situ. Esto garantiza que cada componente del sistema cumplirá con el rendimiento esperado y que no se presentarán fallas estructurales.
Estas cimentaciones pueden diseñarse y fabricarse para que se adapten a los requisitos particulares de cada construcción, lo que abarca varias consideraciones, como las cargas del inmueble o infraestructura, comportamiento ante sismos, tipo de suelo, entre otros.
Si han quedado convencidos de lo convenientes que resultan estos prefabricados para la construcción, conviene que conozcan cómo es que se instalan antes de solicitar el servicio a expertos como Compre. Cabe agregar que implica pasos particulares que no aplican para la cimentación in situ.
Para que cada componente se instale adecuadamente, es necesario que el terreno esté acondicionado, lo que conlleva una nivelación superficial, remoción de obstáculos y vegetación, determinación de la capacidad de carga mediante pruebas geotécnicas, entre otras acciones. Según los resultados obtenidos, pueden aplicarse tratamientos para lograr mejores condiciones de suelo, por ejemplo, la compactación con maquinaria.
Cuando se determina que el suelo está bien acondicionado, comienza el montaje de cada componente, aunque esto varía según el tipo de cimentación (profunda, superficial o especializada) o el material usado. Pongamos un ejemplo. En el caso de las losas, es indispensable contar con grúas para colocarlas, en cambio, se requieren técnicas de hincado para la introducción de pilotes de metal. Es aquí donde se manifiesta uno de los principales beneficios de este sistema: su instalación rápida y eficiente.
Tras la colocación de cada componente en su sitio, se aplica el sellado, lo que conlleva la utilización de revestimientos que impidan la corrosión en cimentaciones metálicas o la aplicación de ciertos morteros para el sellado de juntas entre cada componente de concreto. Es importante que esta fase se realice correctamente, ya que influye en la vida útil del sistema y maximiza su resistencia ante las cargas y factores externos.
Ante todo, es necesario que la instalación se realice a partir de un enfoque metódico y sistemático para que este sistema prefabricado tenga el rendimiento esperado y cumpla con las especificaciones demandadas para cualquier tipo de cimentación.
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